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Es dicho popular, y de hecho, muy trillado, aquel de que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Eso, en cuanto al medio ambiente, es una lamentable realidad en nuestra sociedad. El Derecho constitucional a un ambiente sano, es observado únicamente cuando el menoscabo causado al ambiente es de dominio público y se ventila en los medios o en su defecto, de verdad incomoda a alguna sección de la sociedad. Sin embargo, este Derecho, al tutelar el ambiente y su conservación, legitima a cualquiera para reclamar los daños que causen. Para estos efectos, las personas deben de estar informadas de lo que significa el daño ambiental y cuáles son los alcances de la tutela que provee la Constitución y las leyes creadas al efecto, como la Ley Orgánica del Ambiente y la Ley Forestal. Tal y como muchas de las reflexiones de este blog han finalizado, todo inicia en nosotros, informarse puede ser el primer paso para participar de forma activa en la protección del ambiente y la lucha contra el daño ambiental en nuestra calidad de ciudadanos, legitimados constitucionalmente para ello.
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